Trengandín tiene un paisaje original, sorprendente y cambiante, pues al bajar la marea aparecen grandes rocas que se rodean de pozas, ideales para pescar camarones, que aquí se llaman esquilas y quedan al descubierto lapas y sabrosos erizos.
De esta playa cabe destacar la calidad de sus aguas y sus servicios, entre los que se encuentran tumbonas, piraguas, pedalos, duchas y la proximidad de bares, hoteles, chiringuitos y restaurantes. Ir directamente a los chiringuitos de la playa, tendrás buenas vistas y son más simpaticos cuando les pides una cerveza, no como en el bar-cafeteria que esta cerca de la iglesia, parece que le haces un favor pidiendo algo, muy desagradable.